Hoy en día hay muchas conversaciones en las empresas y en la calle acerca de los buenos jefes deben o no deben hacer. Quienes son los buenos y los «menos» buenos. Muchos de estos comentarios carecen de fundamentos o se basan en aspectos muy simples. Muchas veces estos comentarios solo se basan en lo que los empleados quieren oír acerca de sus superiores y de sus opiniones sobre la trayectoria de la empresa, en lugar de dar consejos prácticos y perspicaces de lo que pasa en el mundo real.

Lo que entendemos que el directivo debe de hacer ha cambiado mucho, en los últimos años. Desde que yo empece ha trabajar, hace casi 20 años la lista de atributos y obligaciones del directivo ha cambiado bastante. Pero lo básico sigue siendo lo mismo a pesar de los años que han transcurrido.

Cosas que los gerentes excepcionales hacen:

  • Mantienen la calma y el sentido del humor, especialmente durante una crisis. He vivido situaciones en que la perdida de un cliente era una drama, compañeros que de esto hacían el fin del mundo. Y otros que intentaban dar un toque de humor. Los equipos de estos últimos siempre reaccionaban antes y mejor.
  • Son el jefe, pero se comportan como un igual. Son jefes pero no hacen ostentación de sus beneficios, etc. En Turquía, donde trabaje una temporada al, dueño de la empresa le gustaba bajar a comer a la cantina con sus empleados de fabrica, así decía se sentía más vinculado a ellos. Y ellos a su persona.
  • Saber bajar la guardia y cuando están fuera del trabajo, están fuera del trabajo. Recuerdo en jefe que cuando teníamos convención quería que saliéramos de copas con él, para conocernos, hacer equipo, etc. La idea nuera mala, lo malo era que convertía este rato en un examen continuo.
  • Son apreciados. Un directivo que es apreciado y respetado por su gente logra mucho más de ellos.
  • Se quedan al margen y delegan en la gente que creen. De vez en cuando encuentras personas capacitadas para ayudarte en tu trabajo, en esos momentos no hay que pensar que son una amenaza a tu puesto sino una ayuda para conseguir los logros globales de la compañía. Hay que darles margen y confianza. No pegarles en cabeza al primer error.
  • Complementan las debilidades de su subordinado. Cuando comenten ese primer error hay que estar ahí para ayudarles, tu labor es ayudarles a llegar hasta el máximo, potenciar sus cualidades. Y dar ese ultimo toque para obtener el 100%.
  • Elogian puntos fuertes de su empleado. Criticar es lo más fácil. Lo que hace un directivo de éxito es elogiar a sus subordinados tanto en privado como en publico. Esto le hace ganar la confianza de su equipo. Que se siente importante y parte del proyecto.
  • Indican a tus subordinados cuando se están tirando piedras sobre su propio tejado. Recuerdo un superior que me llamo un día, salimos a tomar café y me conto como me percibía la dirección, como mi actitud en determinados momentos no era la mejor de mis «relaciones publicas». Gracias a esto pude cambiar mi manera de afrontar las reuniones en central y mejorar la opinión que tenían de mi.

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