El Panel Arbitral de la Organización Mundial del Comercio (OMC) eliminó a favor de México los requisitos de etiquetado del país de origen que Estados Unidos impone a cortes de carne de res producidos con ganado bovino mexicano.

La OMC determinó que el etiquetado del país de origen (COOL, por sus siglas en inglés) es un obstáculo innecesario al comercio internacional, ya que es más restrictivo para cumplir el objetivo de brindar información veraz a los consumidores en Estados Unidos sobre la procedencia de los productos. Consideró que la medida COOL genera mayores costos que sólo absorbe el ganadero mexicano y afectan significativamente el precio de sus exportaciones.

Un elevado número de países estaba implicado en esta disputa, afectados también por esta distorsión comercial.

En mayo de 2009, Canadá y Perú solicitaron ser asociados a las consultas, solicitud que fue aceptada por Estados Unidos.

Tras la creación del Grupo Especial en noviembre de ese mismo año, otro grupo de Estados miembros decidieron reservarse sus derechos como terceros en el marco de esta disputa: Argentina, Australia, Brasil, China, Colombia, Corea del Sur, Guatemala, India, Japón y Nueva Zelanda, así como la Unión Europea.