El espectacular aumento de las exportaciones en nuestro país tiene un secreto. Un secreto difícil de esconder y que se llama “Precio”.
Acuciados por la necesidad, las empresas españolas que van quedando en pie se han lanzado a una desbocada carrera, a veces desesperada, por vender algo a alguien fuera. Y para hacerlo llevan lo que ellos creen que es un arma definitiva en la internacionalización: un precio escandalosamente bajo.
Hoy en Alfredo Cortés Consultants vamos a tratar de analizar esta situación y vamos a ver qué estrategia de internacionalización puede convenir más a una empresa o si, por el contrario, puede que le convenga a una empresa determinada iniciar una estrategia de internacionalización.
El despido de empleados en las empresa y la más que sobrante capacidad productiva con la que ahora se encuentran muchas de ellas permite vender a precios antes impensables. Sin embargo, si no se ha tenido cuidado, la reducción de costes de la empresa no se habrá compensado con un aumento proporcional de aquello que realmente está buscando su comprador potencial: “Valor”.
El valor es uno de los fundamentos del marketing. Valor = Utilidad – Precio; siendo el precio lo que paga el cliente para acceder a tu oferta y la utilidad el conjunto de beneficios que obtendrá con ella.
Abaratar costes es una manera rápida de reducir precios. Pero ¿no puede que se esté olvidando la otra parte de la ecuación dentro del proceso de internacionalización?
La utilidad cuenta con muy variadas facetas que a veces no tenemos en cuenta y que no ponemos en valor a la hora de diseñar o, inconscientemente, presentar nuestra oferta al potencial cliente:
– Utilidad ligada al producto: características, calidad, rendimiento, diseño, durabilidad, fiabilidad, mantenimiento…
– Utilidad ligada a los servicios asociados: plazos, servicio técnico, formación, asesoramiento, documentación…
– Utilidad ligada al personal de nuestra empresa: amabilidad, hospitalidad, competencia, accesibilidad…
– Utilidad ligada a nuestra imagen: reputación, valores, historia…
Evidentemente un mal precio, por encima de factores psicológicos o de referencia hacia un posible comprador en el exterior puede dejar fuera de juego a una empresa a la primera de cambio. Puede que una empresa para internacionalizar deba decantarse más por la calidad de su producto que por el precio.
Para eso puede ser básico un estudio de una asesoría de empresas externa que determine cómo ha de internacionalizarse la empresa: si por el precio de su producto o por la calidad de él. Eso puede ser básico para tener éxito en el exterior o no.
¿Incluyes en tu plan de internacionalización los factores de utilidad que hemos enumerado? Quizás no sería mala idea definir a tu empresa para cada término que acabamos de incluir en esa lista y añadir otros que se consideren indispensables. Después, compáralos con los que conozcas sobre tu competencia, aunque tengas que buscar parte de la información.
No renuncies a la utilidad a la hora de internacionalizar tu empresa. Deja la calculadora en el cajón y empieza a transformar tu empresa hacia las ventas con calidad. Si necesitas de nuestra ayuda, llámanos.