Hoy en día son muchas las empresas que quieren tener una buena página web que impresione y que le sirva para vender más. Pero, para tener una buena página web de empresa, antes hay trabajar y definir muy bien lo que queremos que sea la página web. Parece una obviedad, pero es de vital importancia.

Son muchas las empresas que en un momento determinado deciden encargar su web y sin saber muy bien los motivos, se encuentran meses e incluso hasta años después, metidas todavía en un proyecto que nunca se acaba o con un sitio web que no sienten como suyo ni les resulta útil para los fines previstos. En nuestra experiencia como asesores de empresas esto ocurre casi siempre porque no se ha realizado algo tan sencillo como es un trabajo de análisis, una reflexión y una definición de los requerimientos de la web.
Cuando una empresa necesita encargar su página web debe, al menos, conocer o estar al tanto de cuál es la tecnología más puntera en ese momento, porque la evolución en este campo es vertiginosa y lo adecuado es que el sitio web aproveche la mejor tecnología de la que se disponga en cada momento y, sobre todo, la más adecuada para las necesidades que deseemos cubrir. No es conveniente, como ocurre en ocasiones, que la web sea desarrollada con la tecnología que domina el proveedor que hemos escogido y con la que lógicamente él se siente más cómodo, pero puede que nosotros, como empresa, no. Las necesidades que tiene que cubrir la web de una empresa son las suyas, y nunca, las del proveedor que quiere hacer negocio de forma sencilla y segura. Por eso, es conveniente tener reuniones con varios proveedores, especificarles nuestras necesidades y pedirles consejo sobre la tecnología que utilizarían para hacer una Web como la deseada; además de bucear en Internet en la búsqueda de consejos sobre el tema.
Las webs de una empresa pueden servir para fines muy distintos: unas son auténticos negocios, plataformas desde las que se presta el servicio y que, pueden incluso llegar a hacer innecesario un despacho físico; otras son herramientas promocionales desde las que se pretende fortalecer la imagen corporativa, la marca de la firma y la persona de los profesionales que en ella trabajan; otras son herramientas cuya finalidad principal es fomentar el diálogo con los clientes que se desean atraer, etc.. Lógicamente, el desarrollo de plataformas con fines tan distintos, debería derivar en páginas webs muy diferentes.
Además, el desarrollo de una web tiene que tener en cuenta los recursos reales con los que cuenta la empresa. No ya los económicos, que serán necesarios para abordar inicialmente el proyecto de su ejecución, sino además y sobre todo, los del equipo interno, que tendrá que abordar su construcción simultaneando esa nueva tarea con las que normalmente tenga asignadas y en el futuro, asumir el mantenimiento y actualización de los contenidos de forma rigurosa y seria.
Todo esto nos lleva a la conclusión de que antes de hacer la página web de empresa, hay que definir muy bien los requerimientos de la misma. Esta tarea podemos realizarla nosotros mismos en lo relativo a la definición de los fines para los que se quiera la web o apoyarnos en un experto para identificar el “estado de la técnica” y las herramientas que más nos convenga que se utilicen para el desarrollo. Disponer de un pliego de pautas bien hecho, nos permitirá pedir presupuestos a varios proveedores y ser capaces de compararlos, eligiendo correctamente al proveedor y pudiendo además después exigirle resultados. La experiencia en este campo, nos ha llevado a las asesorías de empresa a llegar a la conclusión de que una empresa no tiene una buena web de empresa sin una buena definición de lo que quiere que sea”.