El marketing experiencial representa dar un paso más en la relación entre los clientes y las marcas, y está enfocado a generar emociones.
Muchas de las grandes empresas han apostado ya por el marketing experiencial, y sus beneficios son significativos.
Una conocida multinacional de muebles sorprendía recientemente con una acción de marketing experiencial; regalaría una cama a las seis primeras personas que se presentaran en pijama y pasaran un día entero en esa cama. El marketing experiencial, el que busca experiencias y sensaciones con el consumidor, es una tendencia en auge en los últimos tiempos y muchas empresas se han sumado ya a sus beneficios. Por eso, contemplar acciones de estas características en el plan de marketing de nuestra empresa puede ser muy provechoso.
El marketing experiencial tiene como objetivo principal crear un vínculo emocional entre el consumidor y la marca que suponga un elemento diferenciador frente a la competencia y busca, ante todo, generar experiencias que surgen a partir de su interacción con el cliente. A los usuarios les gustan las experiencias significativas y positivas, y las acciones de marketing experiencial permitirán empatizar más con ellos.
Bernd H. Schmitt, el gurú del marketing experiencial, considera que el éxito del marketing actual va a estar estrechamente relacionado con la capacidad que las marcas tengan para generar experiencias deseables. Así, el marketing experiencial tiene que ver con la premisa de que un cliente elige un producto o servicio por la vivencia que le ofrece antes de la compra y durante su consumo.
Si el marketing tradicional se centra en aspectos del producto como su calidad y beneficios, el experimental se relaciona directamente con las experiencias que el cliente obtiene durante la comercialización y el uso del producto en cuestión. El marketing experiencial busca involucrar al consumidor, atraerlo hacia un producto o servicio ofrecido en una determinada situación de uso; sólo de esta manera el comprador lo comprenderá y recordará.
Los principios del marketing experiencial se basan siempre en el beneficio del consumidor. Uno de sus principios básicos es que no debe invadirle, y siempre debe buscar aumentar su experiencia con la marca o el mensaje que acompaña al producto.
La idea de la experiencia no sólo tiene lugar en el momento de la compra; estas se producen antes de la compra, durante la misma y a través de la publicidad y su valor principal recala en creación de vivencias emocionales gratificantes para el consumidor.
Si se logra crear una conexión emocional entre el producto, su consumo y el consumidor, será posible fidelizarlo.